Un día en ARCOmadrid
24 de febreiro. Son as 15:30 h. Estamos de camiño á feira de arte contemporánea máis coñecida en España. ARCOmadrid. No autobús non podemos deixar de fantasear sobre como cremos que será a feira. Mentres, repasamos algunhas das galerías que estarán este ano, algúns dos stands de prensa, e planeamos como recorrela. Unha vez alí, todo é un pouco diferente.
Chegamos ó lugar tras case media hora de traxecto entre Avenida de América e IFEMA. O ambente rezuma nerviosismo e emoción. Pasados xa esos dous primeiros días, mércores e xoves, nos que a feira adicouse a recibir visitas profesionais, e hoxe venres, é o primeiro día de apertura ó público.
Apurámonos a entrar nos correspondentes pavillóns adicados a ARCO, pois non queriamos perder tempo algún, a feira cerra as súas portas ás 20 h. Xa entre a multitude, comezamos a sentir o nerviosismo, e observamos o continuo correteo do personal, de aquí para alá, entrando e saíndo da feira e, por suposto, o frenético entusiasmo que claramente pálpase no ambiente. Xa deseosas de entrar, cruzamos o control de entrada, e de repente, sentímonos abrumadas. O gran espazo e a cantidade de stands de diferentes galerías nacionais de internacionais asómbranos e intimídanos á vez. Con todo, comezamos a deixarnos levar polos diversos espazos. Camiñamos, parámonos, observamos e comentamos certas mostras, e algunha que outra peza en concreto que chama a nosa atención. Sentimos que aínda que nos estamos a parar en cada un dos espazos das galerías, á vez, estámonos a perder moitas cousas por no seguir o planning. Decidimos entón establecer un itinerario: comezariamos visitando o programa xeral do pavillón 7, continuando polas galerías arxentinas (país invitado este ano), seguido do espazo pertencente aos medios e librarias, atravesariamos a zona de Arts Libris para chegar ó pavillón 9, onde proseguir co programa xeral, e, deixar para o final os stands pertencentes á sección de Opening.
Iniciamos de novo o noso camiño. De súpeto, entre o bulicio e a xente, comezamos a sentirnos invisíbeis. Sentimos unha desconexión de todo para dirixir toda a nosa atención ás mostras das galerías. Fascinámonos entrando en espazos como o de Helga de Alvear ou Rocío Santa Cruz, asistimos ás mostras das galerías arxentinas como Vasari ou Isla Flotante, e continuamos cos espazos culturais, entre eles, EL PAÍS, Taschen, ou AD. A continuación, atravesamos ese pequeno corredor que conecta o pavillón 7 co pavillón 9, onde se ubican os postos de Arts Libris nos que paramos un intre para poder ver os prezos dalgúns dos libros de artista que estaban postos á venta. Nada máis entrar no pavillón 9 sentímonos atraídas ata o espazo adicado ás revistas de arte. Alí estivemos vendo os stands, entre eles, os de DARDO magazine, Latamuda ou PAC. Continuamos neste pavillón, descubrindo novas galerías e atopando outras que para nós xa era visita obrigada, entre elas, Juana de Aizpuru, Espacio Mínimo, Max Estrella ou Lelong. Por último visitamos o espazo adicado a Proxectos Especiais, onde quedamos un bo rato interactuando con algunhas das obras que se dispoñían no lugar.
A medida que avanzabamos, vivimos o noso alredor situacións, como por exemplo, a dun galerista vendendo unha das obras expostas no seu stand a un coleccionista que non paraba de alabar a peza que estaba apunto de adxudicarse. Entre espazo e espazo encontrámonos con personalidades da talla de Juana de Aizpuru, primeira directora de ARCOmadrid no ano 1982 e reputada galerista recoñecida a nivel nacional e internacional. Tamén danse outras situacións, non tan agradables. Cómo é de agardar neste tipo de eventos aos que poden acudir calquera cidadán de a pé observamos tamén comportamentos de xente que ten unha falta de educación e interese, que simplemente acércanse a feira para deixar constancia cun "selfie" de que estiveron aí. As obras foco deste tipo de comportamentos son, sobre todo, os neóns, ante os que se apiñan multitude de xoves con réflex e iphones, desesperados por tomar unha instantánea perfecta para subir o seu Instagram.
Coas súas cousas boas e as súas cousas malas, saímos agotadas de ARCOmadrid, pero contentas. Son as 19:45 h. e apurámonos a coller o noso autobús de volta á cidade. Estamos cansas, máis a experiencia pagou a pena. Durante escasas horas estivemos o máis cerca posible da burbulla do arte contemporáneo, coñecendo, aprendendo e desenrolándonos a través das mostras. Só quédanos dicir adeus ata o próximo ano e esperar que ARCOmadrid continue superándose.
'Champagne & Limousines', de Silvie Fleury.
24 de febrero. Son las 15:30 h. Estamos de camino a la feria de arte contemporáneo más conocida en España. ARCOmadrid. En el autobús, no podemos dejar de fantasear sobre cómo creemos que será la feria. Mientras, repasamos algunas de las galerías que se dan cita este año, algunos de los stands de prensa, y planeamos como recorrerla. Una vez allí, todo es un poco diferente.
Llegamos al lugar tras casi media hora de trayecto entre Avenida de América e IFEMA. El ambiente rezuma nerviosismo y emoción. Habían pasado esos dos primeros días, miércoles y jueves, en los que la feria se dedicó a recibir visitas profesionales, y hoy viernes, es el primer día de apertura al público.
Nos apuramos a entrar en los correspondientes pabellones dedicados a ARCO, pues no queremos perder tiempo alguno, la feria cierra sus puertas a las 20h. Ya entre la multitud, comenzamos a sentir el nerviosismo, y observamos el continuo correteo del personal de aquí para allá, entrando y saliendo de la feria, y, por supuesto, el frenético entusiasmo que claramente se palpa en el ambiente. Ya deseosas de entrar, cruzamos el control de entrada, y de repente, nos sentimos abrumadas. El gran espacio y la cantidad de stands de diferentes galerías nacionales e internacionales nos asombra e intimida a la vez. Con todo, comenzamos a dejarnos llevar por los diversos espacios. Vamos caminando, parándonos, observando y comentando ciertas muestras, y alguna que otra pieza en concreto que llama nuestra atención. Sentimos que aunque nos estamos parando en cada una de los espacios de las galerías, a la vez, nos estamos perdiendo muchas cosas por no seguir el planning. Decidimos entonces establecer un itinerario: empezaríamos visitando el programa general del pabellón 7, continuando por las galerías argentinas (país invitado este año), seguido del espacio perteneciente a los medios y librerías, atravesaríamos la zona de Arts Libris para llegar al pabellón 9, donde proseguir con el programa general, y, dejaríamos para el final los stands pertenecientes a la sección de Opening.
Iniciamos de nuevo nuestro camino. De repente, entre el bullicio y la gente, comenzamos a sentirnos invisibles. Sentimos una desconexión de todo para dirigir toda nuestra atención a las muestras de las galerías. Nos fascinamos entrando en espacios como el de Helga de Alvear o Rocio Santa Cruz, asistimos a las muestras de las galerías argentinas como Vasari o Isla Flotante y continuamos con los espacios culturales, entre ellos, EL PAÍS, TASCHEN o AD. A continuación, atravesamos ese pequeño pasillo que conecta el pabellón 7 con el pabellón 9, donde se ubican los puestos de Art Libris en los que nos paramos para poder ver los precios de algunos de los libros de arte puestos a la venta. Nada más entrar en el pabellón 9 nos sentimos atraídas hacia el espacio de revistas. Allí estuvimos viendo los stands, entre ellos, los de DARDO Magazine, Latamuda o PAC. Continuamos en este pabellón, descubriendo nuevas galerías y encontrando otras que para nosotras ya era visita obligada, entre ellas Juana de Aizpuru, Espacio Mínimo, Max Estrella o Lelong. Por último visitamos la parte dedicada a las galerías más jóvenes, la sección de Opening. A la salida atravesamos el espacio dedicado a Proyectos Especiales, donde nos quedamos un buen rato interactuando con algunas de las obras que se disponían en el lugar.
A medida que vamos avanzando, vivimos a nuestro alrededor situaciones, como por ejemplo, la de un galerista vendiendo una de las obras expuestas en su stand a un coleccionista que no para de alabar la pieza que está a punto de adjudicarse. Entre espacio y espacio nos encontramos con personalidades de la talla de Juana de Aizpuru, primera directora de ARCOmadrid en el año 1982 y reputada galerista reconocida a nivel nacional e internacional. También se dan otras situaciones, no tan agradables. Cómo es de esperar en este tipo de eventos a los que puede acudir cualquier ciudadano de a pie observamos también comportamientos inexcusables de gente que tiene una falta de educación e interés, que simplemente se acerca a la feria para dejar constancia con un “selfie” de que estuvo ahí. Las obras foco de este tipo de comportamientos son, sobre todo, los neones, ante los que se apiñan multitud de jóvenes con réflex y iphones desesperados por tomar una instantánea perfecta para subir a su Instagram.
Con sus cosas buenas y sus cosas malas, salimos agotadas de ARCOmadrid, pero contentas. Son las 19:45 h. y nos apuramos a coger nuestro autobús de vuelta a la ciudad. Estamos cansadas, pero la experiencia ha valido la pena. Durante escasas horas hemos estado lo más cerca posible de la burbuja del arte contemporáneo, conociendo, aprendiendo y desarrollándonos a través de las muestras. Solo nos queda decir adiós hasta el próximo año y esperar que ARCOmadrid se siga superando.