Conversa con Din Matamoro
Vai facer case un mes dende que se inugurou na galería Trinta en Santiago “En el aire”, exposición levada a cabo polo vigués Din Matamoro (1958), e que, dende logo, non deixou indiferente a ninguén. Con motivo disto, o pasado venres decidímonos a charlar con el para que nos falara ex professo da exposición e máis abertamente sobre a súa obra.
Para todos aqueles curiosos que puideron ver a sutil obra de Matamoro en Trinta, saberán que esta atópase dividida en dúas partes, por un lado o debuxo e por outro a pintura. Os debuxos, son series de fotografías que o artista crea durante o día a día alonxado do estudio e que non son máis que anacos de alimentos unidos, pero nos que o cerebro pónse de manifesto a hora de procesar esas imaxes dándolles un senso figurativo. Outro mundo son as pinturas, nas que se intenta “conseguir o aire da pintura” mediante a búsqueda da enerxía que hai detrás “da pel” do cadro e que crean un contraste coa parte figurativa precisamente porque nas pinturas atopámonos coa ausencia de representación. “En el aire” é aquilo que permanece no tempo, como as fotografías ou as imaxes captadas polo cerebro de aquel que contempla e observa para así poder comprender, ou mellor dito, completar a obra. Unha das claves desta exposición? A mirada sopresiva e inxenua cara a natureza, porén as representacións animais o das cores (as cales poderiamos atopalas perfectamente en cualquier atardecer) e que son froito dun proceso de experimentación constante e ao que o artista négase a abandoar. E con razón.
Va a hacer casi un mes que se inauguró en la Galería Trinta en Santiago “En el aire”, exposición llevada a cabo por el vigués Din Matamoro (1958), y que por supuesto, no ha dejado indiferente a nadie. Con motivo de esto, el pasado viernes decidimos charlar un rato con él para que nos hablara ex professo de la exposición y más abiertamente sobre su obra.
Para todos aquellos curiosos que hayan podido ver la sutil obra de Matamoro en Trinta, sabrán que ésta se encuentra dividida en dos partes, por un lado el dibujo y por otro la pintura. Los dibujos, son series de fotografías que el artista crea durante el día a día alejado del estudio y que no dejan de ser nada más que trozos de alimentos juntados, pero en los que el cerebro se pone de manifiesto a la hora de procesar esas imágenes dándoles un sentido figurativo. Otro mundo son las pinturas, en las que se intenta “conseguir el aire de la pintura” mediante la búsqueda de la energía que hay detrás de “la piel” del cuadro y que crean un contraste con la parte figurativa precisamente porque en las pinturas nos encontramos con la ausencia de representación. “En el aire” es aquello que permanece en el tiempo, como las fotografías o las imágenes captadas por el cerebro de todo aquel que contempla y observa para así poder comprender, o mejor dicho, completar la obra. ¿Una de las claves de la exposición? La mirada sorpresiva e ingenua de la naturaleza, por ello las representaciones animales o de los colores (los cuales podríamos ubicarlos perfectamente en cualquier atardecer) y que son fruto de un proceso de experimentación constante y al que el artista se niega a abandonar. Y con razón.
